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El 6, 7 y 8 de octubre, el PIT-CNT realizará su XI Congreso, bajo la consigna «Unidad para los cambios profundos».
El Congreso constituirá un evento central para los trabajadores, para el movimiento popular, para la izquierda y para toda la sociedad.
Los trabajadores son la columna vertebral de cualquier proyecto de transformación real de la sociedad y el PIT-CNT es la principal organización social de la sociedad uruguaya.
Participarán del Congreso 996 delegados, en representación de 200.000 trabajadores. Esta representación es el doble de la que se registró en el 2002 en plena crisis, lo que muestra la innegable recuperación económica, pero también la enorme capacidad del movimiento sindical para organizarse y crecer. Este número de delegados también marca las dificultades de ese crecimiento y los problemas a superar. En realidad hay 320.000 trabajadores afiliados a los sindicatos, pero por diversos problemas, los sindicatos no cotizan por 120.000 de ellos al PIT-CNT. Esta enorme dimensión organizativa cobra mayor peso cuando es respaldada
cotidianamente en movilizaciones y participación democrática.
EL POPULAR publicó en su edición anterior una síntesis del documento previo y la postura de la Sección Sindical del PCU. En la presente edición recogimos la visión sobre el Congreso de siete dirigentes sindicales que, por los gremios a los que pertenecen y las corrientes de opinión en las que militan, permiten una mirada amplia sobre lo que está en discusión.
Este editorial no busca intervenir en la discusión interna del movimiento sindical. Más bien intenta aportar elementos para que entre todos podamos calibrar la importancia de este Congreso, del movimiento sindical y de la central única de los trabajadores uruguayos: el PIT-CNT.
La importancia del PIT-CNT se podría abordar de muchas maneras. Nos concentraremos hoy en cuatro aspectos.

Capacidad de lucha. 
Una organización sindical es en primer lugar una herramienta de lucha. Los sindicatos uruguayos y su central única, el PIT-CNT, han demostrado históricamente y lo siguen haciendo en el presente, su capacidad de movilización y lucha. Prueba de ello son la jornada nacional por la educación, las movilizaciones de bancarios y de metalúrgicos por sus reivindicaciones, o la jornada nacional de agosto, solo limitándonos a ejemplos recientes. Esta afirmación está avalada además por los cientos de movilizaciones en el marco de los Consejo de Salarios que han permitido lograr Convenios Colectivos en la inmensa mayoría de la actividad privada mejorando sensiblemente las condiciones de vida de los trabajadores. También las de los trabajadores públicos defendiendo sus derechos y la negociación colectiva.

Madurez y capacidad de propuesta.
El movimiento sindical uruguayo ha demostrado y demuestra su madurez política y su aporte a la sociedad toda. El PIT-CNT ha realizado propuestas en prácticamente todas las áreas importantes de la actividad nacional. Las últimas y más notorias tienen que ver con la distribución de la riqueza y los tributos al agro. Hay capacidad de elaboración y sobre todo, hay madurez para trascender las reivindicaciones más concretas y asumir el papel de plantear la visión de los trabajadores sobre la sociedad en su conjunto. Muy lejos, por cierto, del tan manido corporativismo, caballito de batalla de la derecha, de los medios que le hacen el juego y hasta de algunos sectores de la izquierda.
Uno de los aportes centrales que hará el XI Congreso del PIT-CNT será sin duda, la elaboración colectiva de una plataforma programática que exprese la visión de los trabajadores organizados sobre el camino que debe seguir el país y los cambios a impulsar. Un aporte para nada menor.

Componente democrático y democratizador. 
El movimiento sindical uruguayo ha tenido siempre un profundo compromiso democrático. Fue puntal de la defensa de la libertad y la lucha contra la dictadura. Pero además, con su práctica, ha fortalecido, más que ninguna otra fuerza social, la participación democrática. En estos últimos meses se han realizado elecciones en gremios muy importantes y votaron miles de trabajadores. Basta recordar algunas, ADEOM, AEBU, SUTEL, Salud Pública y el SUNCA; solo en esta última votaron 29 mil trabajadores. En el proceso de las movilizaciones tanto de trabajadores públicos como privados, se realizaron cientos de asambleas, de las que tomaron parte miles de trabajadores. Por si todo esto no alcanzara, hay que recordar que en las elecciones para la integración de los directores sociales del BPS, con voto secreto y obligatorio, el PIT-CNT obtuvo más de 300 mil votos. ¿Qué otra fuerza social puede mostrar esta identidad democrática? ¿Acaso las tan distinguidas Cámaras Empresariales?

Dimensión social.
El  movimiento sindical es todo lo anterior y también es mucho más. Es el Instituto Cuesta Duarte, analizando e investigando, generando propuestas, asesorando a los sindicatos y formando en sus cursos a miles de dirigentes y militantes. Es el Programa de Vivienda Sindical promoviendo soluciones habitacionales para 12 mil familias. Es la Comisión de Cultura del PIT-CNT, con un formidable trabajo en todo el país y ahora con una editorial propia. Son las decenas de hogares estudiantiles donde más de mil hijos e hijas de trabajadores viven y de esa manera pueden estudiar. Son las decenas de colonias de vacaciones, única posibilidad para un número muy importante de trabajadores, de tener un descanso digno.
Todo eso y mucho más es el movimiento sindical uruguayo.
El XI Congreso debatirá, polemizará y no será sencillo. La unidad nunca fue sencilla pero es imprescindible. No es fácil unir en una central sindical a trabajadores públicos y privados; obreros y profesionales; administrativos, peones rurales, trabajadoras domésticas y policías. Es más complejo aún cuando a esto -ya de por sí inédito en la mayoría del mundo- , se le agrega la existencia de múltiples corrientes de opinión y visiones disímiles sobre la sociedad y el mundo.
Pero el XI Congreso debe superar esas dificultades, aprobar una plataforma programática, una estrategia de lucha para conseguirla, un diseño de alianzas sociales que fortalezca el papel de los trabajadores como factor unificador y dinamizador del bloque social alternativo de los cambios y también lineamientos para fortalecer más organizativa y políticamente al PIT-CNT.
Es una necesidad de todos los uruguayos y particularmente de los que somos de izquierda.
El PIT-CNT, la central única de los trabajadores uruguayos, orgullo de todo el país, está de Congreso. Las esperanzas de profundización de los cambios de todos se juegan allí.

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