• »
  • » 6 días, un mes, 40 años: Verdad y justicia - Editorial El Popular 178

Ricardo Blanco, Verdad y Justicia. El Popular
El título no es una ecuación algebraica compleja, es simplemente el manejo de la continuidad de la lucha y la vigencia de los principios.

Esta semana se conjugaron tres hechos que expresan diferencias temporales pero están intrínsicamente relacionados: el atentado a la Casa de la UJC, la identificación de un compañero desaparecido y enterrado en el Batallón 14º y un nuevo aniversario del asesinato de 8 obreros comunistas en la Seccional 20º del PCU.

Estos tres hechos y sus fechas referenciales se relacionan por más de un motivo pero dos fundamentales: expresan las consecuencias de la acción del fascismo, en el pasado y en el presente, y reflejan la continuidad de la lucha por verdad y justicia de todo el pueblo uruguayo.

6 días del atentado contra la UJC

En la madrugada del pasado sábado 14 de abril un grupo de hombres atacó con una o
más bombas incendiarias la casa de la UJC, ubicada en Batoví casi Lima. Tiraron combustible por debajo de la puerta y luego arrojaron bombas incendiarias buscando quemar todo el local. Es el octavo atentado en pocos meses contra locales comunistas, a los que se suman otros contra locales del FA. El atentado mereció el inmediato repudio de todo el movimiento popular, se pronunciaron el PIT-CNT, la FEUU, el Frente Amplio, sindicatos, partidos y grupos frenteamplistas y de izquierda y se realizó un nutrido y combativo acto el lunes pasado.

La sucesión de atentados, y en particular este contra la UJC, expresan una tendencia realmente preocupante. Persisten en nuestra sociedad sectores nostálgicos de la dictadura, de la represión, que hacen de la intolerancia, el fascismo y uno de sus componentes básicos, el anticomunismo, su seña de identidad.

Les molestan los avances logrados, los espacios de verdad y justicia conquistados.

No es casualidad que este atentado se haya realizado el 14 de abril, a 40 años exactos, del brutal asalto contra un activo de la UJC, el 14 de abril de 1972, cuando bandas fascistas entraron a balazos al local donde más de mil jóvenes comunistas estaban reunidos. Ese asalto fue el preámbulo de la masacre de la Seccional 20º del Paso Molino apenas tres días después.

Pero más allá de las referencias históricas, también tiene anclajes en el presente. Es un atentado contra una organización juvenil, en momentos en que desde la derecha y desde el discurso dominante en los medios de comunicación que le son funcionales, se criminaliza a la juventud, se la estigmatiza. Es la misma derecha que junta firmas para bajar la edad de imputabilidad. Es la misma derecha que en 1972 tenía a Juan María Bordaberry desatando la represión y hoy tiene a Pedro Bordaberry reclamando que se reprima.

La respuesta a este atentado de la derecha más recalcitrante fue la más justa. Cientos de jóvenes en un acto en la calle, con la presencia de los cuatro candidatos a la presidencia del FA, del dirigente del Partido Nacional, Juan Raúl Ferreira, de dirigentes sindicales, estudiantiles y militantes de izquierda y populares. Un mensaje claro de unidad, reafirmación y lucha. Un mensaje de todos los que lucharon y luchan por la democracia y la libertad y su profundización, más allá de ideologías, credos y pertenencias partidarias. Un mensaje radicalmente democrático.

Por si falta ser más claros: no pasarán. Las investigaciones están en marcha y no deben quedar impunes los autores de este hecho.

Un mes del hallazgo en el Batallón 14º

El 16 de marzo el equipo de antropólogos que coordina López Mazz anunció el hallazgo de un segundo cuerpo en el Batallón 14º de Toledo. Estaba a pocos metros de donde fue hallado Julio Castro. La derecha reaccionó con acusaciones inverosímiles. En lugar de reivindicar la verdad siguieron reivindicando la mentira, en eso jugó un papel central el ex presidente Julio María Sanguinetti.

Un mes después el 16 de abril, los exámenes de ADN arrojaron otro rayito de verdad: el cuerpo es el de Ricardo Blanco, militante de AUTE, la CNT y el Partido Comunista Revolucionario. Detenido el 15 de enero de 1978, torturado en los centros clandestinos de “La Casona de Millán” y “La Tablada” y desde entonces desaparecido.

La identificación desnuda aún más la mentira en la que persisten los militares fascistas, las organizaciones de militares retirados y los políticos de derecha que los defienden.

En el Batallón 14º hubo un cementerio clandestino donde se enterraron numerosas víctimas de la represión. Esas víctimas están allí hace más 30 años, siempre estuvieron allí, se habrían evitado 30 años de dolor y sufrimiento, si no hubieran mentido y si no siguieran mintiendo.

La identificación de Ricardo Blanco, como las de Julio Castro, Fernando Miranda y Ubagesner Chávez Sosa, demuestran que hay que seguir investigando, seguir buscando, seguir excavando y que es posible llegar la verdad.

Pero demuestran además, que había que derrotar la impunidad jurídica y que la Justicia debe seguir actuando, con libertad y con decisión, para encontrar más verdad y para llegar a la justicia. Los que defendieron la impunidad y luego defendieron las prescripciones han quedado una vez más desnudos: no había ninguna razón de Estado, solo defendían la mentira y la impunidad.

40 años de la masacre de la 20°

 Esta semana se cumplieron además 40 años del asesinato de 8 obreros comunistas en la Seccional 20º del PCU en el Paso Molino, un crimen que aún sigue impune. También allí se ensayó la mentira y se habló de enfrentamiento armado. No hubo tal cosa, más de medio millar de militares, policías y paramilitares fascistas, sitiaron y ejecutaron a sangre fría a 8 obreros comunistas desarmados.

Por supuesto que fue un atentado contra el Partido Comunista, contra el Frente Amplio recién nacido, porque los 8 eran militantes frenteamplistas, contra la clase obrera y el movimiento sindical. Pero también fue un atentado contra la democracia toda, contra la libertad.

Por ello el acto del sábado en la Seccional 20º tiene que ser un acto de reafirmación democrática, de unidad democrática, con el mismo espíritu que inspiró al entonces arzobispo de Montevideo, monseñor Partelli, que fue a un local comunista a rezar ante los féretros de ocho comunistas asesinados.

Debe ser y será un acto de todas y todos los uruguayos que defendemos la verdad y la justicia, un acto de dignidad, un acto contra la mentira.

Para eso nuestro compromiso de hace 40 años, de hace un mes, de hace 6 días.

Comentar con Google+

0 COMENTAR :

Publicar un comentario