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El Popular N° 197 - Editorial 31/8/2012
La situación política nacional e internacional es rica en acontecimientos, todos dignos de atención, en política, la definición de los centros siempre es un asunto clave. De donde se ponga el ojo para el análisis se desprenden las prioridades que cada uno tiene.
Nosotros esta semana lo volvemos a poner en los trabajadores organizados y su lucha. En Montes del Plata, en Conchillas, Colonia, más de 5 mil trabajadores mantuvieron un conflicto de 15 días con una empresa trasnacional y 60 empresas subcontratadas. Realizaron decenas de asambleas de sector, tres multitudinarias asambleas generales con más de 3.500 trabajadores decidiendo. Pararon, realizaron una gigantesca marcha de 7 kilómetros a pie desde la planta hasta la ciudad de Conchillas, explicaron su lucha.
En Conchillas 5 mil trabajadores uruguayos, se organizaron, lucharon, se unieron y ganaron. Para EL POPULAR eso merece el editorial.
El convenio firmado entre Montes del Plata el grupo inversor chileno, sueco-finlandés, la UNTMRA y el SUNCA contiene elementos de trascendencia estratégica que lo transforman en modélico para encarar las relaciones laborales y la organización del trabajo, en un sentido más amplio, en futuros emprendimientos similares.
En primer lugar porque se defiende la negociación colectiva como el ámbito privilegiado para resolver los conflictos.
En segundo lugar porque se establece un antecedente central en cuanto a la defensa del interés nacional y de un modelo de desarrollo, tanto en lo referente a la mano de obra como a la producción nacional.
La inversión en Montes del Plata se concreta en el marco de una Zona Franca, lo mismo ocurrió en Botnia, por lo tanto, la sociedad uruguaya otorga importantes facilidades para su radicación, entre las cuales las exoneraciones impositivas son una de las más importantes.
Pero la empresa trasnacional y la que es encargada de gestionar el proyecto, coordinando a más de 60 empresas subcontratadas, buscaron más beneficios en una doble línea: 1) aumentar arbitrariamente el porcentaje de mano de obra extranjera, llevándolo, vía pedido de excepciones, del 25% establecido a porcentajes cercanos al 90%; y 2) utilizar masivamente insumos traídos del exterior para la construcción de la planta. Nada nuevo bajo el sol, maximización de ganancias y de rentabilidad.
La necesidad de inversión extranjera, aunque tenga carácter productivo, no significa patente de corso y en este caso, la lucha de los trabajadores y una posición justa del gobierno lo dejaron claro.
Los sindicatos reclamaron y lograron, luego de 15 días de conflicto, que haya una convocatoria abierta y real a trabajadores uruguayos para las tareas necesarias en la obra; que se le de prioridad a los obreros uruguayos que se están capacitando en la propia obra o que lograron capacitación en Botnia o en la construcción de la planta de Desulfurización de la Refinería de la Teja y recién después, si no se cubren las necesidades, se apele a trabajadores extranjeros, y que estos tengan resguardados también sus derechos laborales.
Reclamaron y obtuvieron que se realice una feria de proveedores nacionales, lo que permitirá que empresas uruguayas puedan suministrar insumos a la construcción de la planta.
Establecieron mecanismos de capacitación en obra como derecho para todos los trabajadores e involucraron a la UTU, permitiendo una vinculación de la educación pública con los desafíos concretos del país productivo.
Defendieron y ampliaron la libertad sindical, logando que se considere actividad gremial la de la de los delegados de seguridad, y colocando el derecho a la vida y la integridad física en el nivel que se merece; también por primera vez que haya horas pagas para la formación sindical, de uruguayos y extranjeros, en la propia obra, para que los trabajadores conozcan a fondo sus derechos y los puedan defender mejor.
Eliminaron las diferencias y privilegios, establecidos por la trasnacional como una estrategia de relaciones laborales, todos los trabajadores y no solo algunos, tendrán pagos los pasajes para poder visitar a sus familias; todos los trabajadores y no algunos, tendrán resueltos la vivienda y la alimentación. Lograron un pago por finalización de obra que premie económicamente el esfuerzo que realizarán para la concreción del emprendimiento industrial que tantas ganancias generará luego.
El SUNCA y la UNTMRA también lucharon y lograron lo que denominan cláusulas de “inclusión social”. En Montes del Plata también trabajarán menores infractores del INAU apostando a su recuperación a través del trabajo bajo la tutela de los sindicatos. Se dará prioridad al ingreso de mujeres a la obra, y más si son mujeres jefas de hogar, atendiendo a uno de los sectores de la población con más vulnerabilidad social. También participarán del emprendimiento, obteniendo un trabajo y una oportunidad, personas con capacidad diferente, en particular residentes en el departamento de Colonia.
Lograron el compromiso del grupo inversor y de las empresas que participan de la obra para colaborar con materiales, mientras los trabajadores pondrán su mano de obra voluntaria, para construir viviendas a los sectores que no la tienen en el marco del Plan Juntos y reparar escuelas públicas de barrios carenciados en el departamento de Colonia.
La sola enumeración, que es parcial, del contenido del convenio fundamenta este editorial, pero eso no es lo más importante.
Lo realmente trascendente es señalar que todo esto se logró por la unidad y la decisión de luchar de los trabajadores uruguayos organizados en sus sindicatos.
Conviene marcarlo y remarcarlo todas las veces que sea necesario. Más aún cuando desde los cuatro costados del espectro nacional, desde los empresarios, desde la derecha, desde los medios, desde sectores de la academia e incluso desde algunos sectores de la izquierda, se censura a la movilización y al movimiento sindical, se habla de desbordes y de palos en la rueda.
Fue la lucha de los trabajadores la que defendió el trabajo nacional y la producción nacional ante una trasnacional que solo quería hacer valer la maximización de sus ganancias.
Fue la lucha de los trabajadores la que suplió mecanismos defectuosos en el control de estas inversiones y su proceder y permitió al gobierno actuar y hacerlo en defensa del país y de su gente.
Fue la lucha de los trabajadores la que permitió a los empresarios nacionales tener la oportunidad de colocar sus productos en una de las obras más importantes de la historia nacional, oportunidad por la que ellos no movieron un dedo.
Fue la lucha de los trabajadores la que habilitó que el impacto de esta mega obra no se quede solamente en los meses de construcción y permita capacitación de miles de obreros uruguayos y desarrollo productivo de la industria nacional.
No es un caso aislado. También fue a lucha de los trabajadores de la salud organizados en la FUS la que además de conquistar salario enfrentó los intentos de los empresarios médicos de bloquear la Reforma de la Salud. Es la lucha de los trabajadores la que defiende las fuentes de trabajo ante el accionar prepotente, una vez más, de otra trasnacional, el Grupo Moon, en Ultimas Noticias. Es la lucha de los trabajadores la que busca más recursos para la educación y la salud pública en el marco de la Rendición de Cuentas.
Los trabajadores organizados, su capacidad de movilización y de propuesta, son un componente central para el proyecto de cambios. Son parte central y constitutiva del bloque político y social de los cambios que puede enfrentar al de las clases dominantes.
No hubo, no hay y no habrá profundización de los cambios sin lucha.
Vale la pena destacarlo, porque además, como bien se decía en la asamblea del SUNCA de Conchillas, de esto no hablan los grandes medios; cuanto más importante es la movilización, cuanto más gente participa, cuanto más grandes son las conquistas, menos se habla de ello en los grandes medios, es una relación inversamente proporcional.
En EL POPULAR estamos para romper ese círculo del ninguneo mediático, nacimos y existimos para eso. Para los que hablan de corporativismo y de desbordes, vayan a Conchillas, escuchen, miren y aprendan.
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