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El Popular N° 195  - Editorial 17/8/2012

 

El Popular 195
Una vez más, en medio de varios temas que centran la atención de la opinión pública, en EL POPULAR, le damos la tapa y el editorial a una movilización. Esas que el resto de los medios prácticamente no registran o lo hacen residualmente.

Esta vez se unen dos razones para fundamentar nuestra decisión: la de rescatar la movilización y el protagonismo popular como un elemento central para avanzar en el proceso de cambios y en el enfrentamiento de dos proyectos de país; y en este caso también, la importancia de la incorporación activa y organizada de los jóvenes.

El martes 14 de agosto, día de los mártires estudiantiles, a 44 años del asesinato de
Líber Arce, miles de jóvenes salieron a la calle. Lo hicieron con tres consignas centrales: Autonomía y Cogobierno, 6% del PBI para la educación pública, ANEP y UdelaR y en rechazo a la profundización de mercantilización de la educación.

Lo hicieron con madurez, alegría y combatividad. En la proclama leída en la plaza 1º de Mayo reconocieron que la educación recibió importantes aumentos presupuestales, pero también denunciaron que dada la postración y desmantelamiento a los que sometió a la educación pública el neoliberalismo, no alcanza. Y que tampoco alcanza si se miran los retos que tiene por delante el país, para profundizar los cambios y enfrentar los desafíos del mundo actual, desde una perspectiva transformadora.

Además agregaron los reclamos en contra de la baja de la edad de imputabilidad, por la despenalización del aborto, la legalización de la marihuana y uno muy especial: la marcha paró frente a Chic Parisien e Indian Oulet, cuyos propietarios explotaban y sometían a un régimen casi de esclavitud a sus empleadas domésticas nacidas en Bolivia, para expresar su repudio.

Alcanzaría lo señalado hasta ahora para justificar un editorial, sin embargo, hay muchas más razones e incluso más trascendentes.

Entre ellas está el acto realizado en un Paraninfo desbordado por la UdelaR como tal, con la participación del rector, docentes, egresados, funcionarios y estudiantes.

Este año, según dirigentes estudiantiles, la preparación del 14 de agosto, llegó a una masividad que aunque la califican aún de insuficiente, destacan como claramente mayor a la de años anteriores. Se realizaron más de 16 actos y movilizaciones en todo el país; 9 fueron en el interior: en Río Negro, Maldonado, Florida, Flores, Paysandú, Tacuarembó, San José, Salto y Canelones. En Montevideo no sólo se realizaron charlas, exposiciones y debates en todas las facultades de la UdelaR y de los institutos de formación docente, sino también en varios liceos y centros de la UTU.

La actividad que recibió más atención fue la del IAVA, donde el Consejo de Secundaria inauguró una obra artística en homenaje a los estudiantes, docentes y funcionarios de enseñanza media víctimas del terrorismo de Estado. La iniciativa fue acompañada por una intensa movida estudiantil.

En la propia convocatoria a la marcha, en su organización, en la preparación, cientos de gurisas y gurises se involucraron.

No es poca cosa, cuando desde los grandes medios de comunicación y desde la derecha ilustrada y no tanto, se insiste en estigmatizar a los jóvenes, se habla de la ajenidad, de la prescindencia y claro, por supuesto, de la violencia.

Estos miles de gurises que se movieron, se organizaron, discutieron, también son jóvenes. Como son jóvenes las y los trabajadores de los supermercados Multiahorro que el fin de semana ocuparon 23 locales, reclamando por sus derechos, entre otras cosas para que no les paguen más con vales de alimentación el 15% de su ya magro salario y menos con la obligación de gastarlos en la empresa que los emplea.

Como son jóvenes la mayoría de los más de 5 mil trabajadores de la construcción en conflicto en Montes del Plata, defendiendo la mano de obra y la producción nacional, en una confrontación directa con las trasnacionales.

Unos quieren estudiar mejor y estar más preparados, recuerdan a sus mártires, se unen a la historia del movimiento estudiantil y le dan sentido en el presente. Escuchan rock, reggae, rap, se conmueven y luchan. Otros pelean por un salario digno, por hacer respetar las leyes, para que las patronales, nacionales y extranjeras, sepan que Uruguay es un país en serio y que eso está garantizado por la lucha de sus trabajadores. Escuchan a Denis Elias, Gerardo Nieto, bailan reggaeton y cumbia y también se conmueven y luchan.

Y se da un fenómeno llamativo, para la gran prensa, para los grandes analistas, sencillamente no existen. Es como la prolongación en el tiempo de la orden del gobierno de Pacheco Areco para que no se informara sobre el asesinato de Líber Arce, para que se silenciara la inmensa demostración popular de su sepelio. Ahora no hay censura estatal, hay censura ideológica, hay intención de invisibilizar. Las actitudes de la gran prensa de ayer y hoy tienen un elemento que las une: el miedo a los jóvenes protagonistas, organizados y movilizados.

No somos tontos ni manijeros. Sabemos que hay retrasos en la capacidad de organización del movimiento estudiantil, lo asumen ellos mismos además. También sabemos que hay sectores importantes de la juventud que están por fuera de la lucha y en manos del consumismo y el individualismo, proclamados como gran propuesta de vida por las clases dominantes.

Asumir esa realidad es parte de la posibilidad de actuar para transformarla. Pero también se debe destacar el esfuerzo y el éxito, de miles de jóvenes que se comprometen y que a su manera luchan y ocupan su lugar.

Con sus formas de organizarse, con su lenguaje, con sus reclamos y con sus referentes, que son plurales y distintos, la juventud ocupa su lugar.

Su aporte es imprescindible para el afianzamiento y la profundización del proceso de transformaciones en marcha en nuestro país. No se podrá definir a favor del pueblo el enfrentamiento entre los dos proyectos de país sin una participación decidida de la juventud y sus organizaciones en la pelea.

Hace un año atrás, en esta misma fecha, escribíamos defendiendo al Congreso Latinoamericano de Estudiantes del ataque feroz de la derecha, con un rol protagónico de “El País” y de los sectores juveniles del Partido Nacional.

Hoy volvemos a hacerlo, pero defendiendo a las y los gurises, que se organizan y pelean, de la inexistencia mediática, del ninguneo, de la subestimación.

Quizás todo se resuma mejor en la emoción de una docente contando como escuchó a su hijo mayor, estudiante de la UdelaR, explicándole a su hijo menor, liceal, quién era Líber Arce e invitándolo a participar en la marcha. O quizás en la manera en que las gurisas del IAVA unieron en una consigna el pasado y el presente, reivindicaron a los mártires y los pusieron a luchar junto a ellas: “Ellos eran estudiantes como vos, ellos querían lo mismo que vos”.

Por eso, hay que destacar la marcha y las luchas de los jóvenes, estudiantes y trabajadores en estos días; existieron, fueron masivas, jugadas, comprometidas, aunque no hayan salido en los medios. Aunque interesadamente los grandes medios se preocupen más por mostrar hasta el hartazgo a un joven infractor de la ley que a miles de jóvenes ejerciendo su ciudadanía. Sabemos porque lo hacen: les aterra la juventud organizada y en lucha.

Bienvenida su lucha, el movimiento popular, la izquierda, el gobierno, deben valorarla y asumirla con respeto, sin paternalismos, sin tutelas absurdas.

Parafraseando a aquellos que desde Liverpool transformaron mucho con su música, pero sacando la frase de su dimensión individual y llevándola hacia el plural imprescindible decimos: “Let them be”.

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