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El Popular 176

El Frente Amplio se apresta a realizar una elección interna para renovar todo su sistema de dirección, los plenarios departamentales, sus presidentes, el Plenario Nacional, su presidente y dentro de ellos los representantes de los sectores políticos y de las bases frenteamplistas.


Es sin duda un hecho político central. La principal fuerza política del país, que ejerce el gobierno nacional y 5 gobiernos departamentales, la fuerza con mayoría en el Parlamento, la fuerza con mayor caudal militante y con un peso sustancial en las más diversas esferas de la sociedad, elige su dirección.

El FA desde su nacimiento cambió la manera de hacer política en el Uruguay, la
democratizó por sus métodos y por incorporar a la gran política nacional a sectores históricamente marginados como los trabajadores, los jóvenes, los protagonistas de la cultura, los trabajadores del campo, por citar solo algunos.

Estas elecciones internas continúan esa tradición, son en primer lugar, y más allá del resultado, un ejercicio democrático y democratizador. Es un primer elemento distintivo con la derecha, decide el pueblo frenteamplista, la conformación de la dirección de la principal fuerza de izquierda nunca fue, como si lo es la de los partidos de derecha, el resultado de acuerdos cerrados entre caudillos. Antes se realizaba en el marco de un Congreso o de manera indirecta, pero siempre participó el pueblo frenteamplista y ahora se hace con votación directa.

Es una elección con una decidida vocación de facilitar la participación: será a padrón abierto y con adhesión simultánea, votan los mayores de 14 años, votaran los frenteamplistas que viven en el exterior del país, hay 4 posibilidades para la presidencia del FA, habrá numerosas listas sectoriales que representan un amplio espectro de opciones, y además, cientos de compañeros y compañeras sectorizados o independientes serán candidatos por las bases. ¿Qué otra fuerza política en el Uruguay puede mostrar un nivel de opciones y de posibilidades de participación así? Ninguna, solo el Frente Amplio.

Este concepto anterior es muy importante, porque la derecha se ha ocupado y se ocupará de atacar las elecciones del FA y al FA, como siempre, por todo. También lo es porque algunos compañeros sienten que no han sido contemplados en sus aspiraciones, en algunos casos en el método de elección y en otros casos porque impulsaban otros candidatos.

Con la derecha nuestra respuesta debe ser confrontar sin miedo y sin eufemismos. En el Uruguay, la izquierda, el FA, ha sido, es y será, infinitamente más democrática y participativa que lo que nunca fue o será la derecha. Incluso la existencia y la práctica democrática y democratizadora del FA ha obligado a la derecha a abrir espacios.

Con los compañeros y compañeras que expresan su disconformidad el debate es otro, por supuesto. Es legítimo sentir frustración porque la propuesta que uno defiende no es la que el resto de los compañeros finalmente impulsa. Es legítimo también sentir y expresar malestar porque se hubiera querido otro candidato o candidata. Pero eso no implica que sea correcto poner en duda el carácter democrático y participativo de la elección que todos los frenteamplistas haremos el 27 de mayo.

Es más, en el caso de EL POPULAR es claro que este no es el escenario que hubiéramos preferido. Dijimos y seguimos sosteniendo que lo mejor era un candidato a la presidencia del FA de consenso, la conformación de un equipo de conducción también de consenso y que todos peleáramos por él en las elecciones. Las experiencias de Montevideo y Canelones donde se acordaron candidatos únicos a presidente del Plenario Departamental de muy variados sectores frenteamplistas por consenso, muestra que era perfectamente posible.

Pero la mayoría de los compañeros y sectores opinó otra cosa y tenemos multiplicidad de candidatos.

Esa situación no nos lleva a poner en tela de juicio el carácter democrático y mucho menos el valor de la participación en estas elecciones. Muy por el contrario nos desafía a militar más para lograr que la votación sea muy importante.

¿Qué está en juego el 27 de mayo?

En las elecciones del 27 de mayo se dirimirá un aspecto de la correlación de fuerzas internas del FA, eso es claro y hasta obvio. Los cuatro candidatos expresan diferentes énfasis, diferentes prioridades y también diferentes inserciones sociales y hasta perfiles personales.

Pero no debemos caer en el error de creer que eso es lo principal que se dirime el 27 de mayo. El objetivo principal del 27 de mayo es revitalizar al FA, entusiasmar a los frenteamplistas y colocarlo en mejores condiciones, políticas, anímicas y organizativas para profundizar los cambios y confrontar con la derecha.

El FA es la fuerza política del cambio en el Uruguay, lo ha demostrado en los hechos, con los dos gobiernos frenteamplsitas que han cambiado al país para bien, pero no sólo con eso. Somos de los que pensamos que la acción transformadora de una fuerza de izquierda no se agota en el gobierno, es decisiva la acción política permanente, la movilización ciudadana, la lucha ideológica por conquistar a la mayoría de la población.

La construcción paciente y cotidiana del bloque histórico de los cambios que enfrente cada vez en mejores condiciones al bloque histórico del poder de las clases dominantes por la hegemonía política e ideológica en la sociedad.

Las elecciones del 27 de mayo y la campaña hacia ellas son una magnífica oportunidad de recorrer el país de punta a punta, escuchar y levantar a la militancia frenteamplista, para defender nuestro proyecto de país, para movilizarnos y luchar por él.

Modestamente entendemos que ese debe ser el gran objetivo y que la nota dominante debe ser la campaña común del FA, reivindicando los cambios logrados, reivindicando los gobiernos nacionales y los gobiernos departamentales, pero explicitando nuestro proyecto, nuestra propuesta y confrontando con la derecha.

No hay cambios profundos y duraderos sin participación popular y sin movilización. El cambio lo construyen y lo defienden miles. Para eso debe servir la campaña y las elecciones del 27 de mayo. Queremos cambiar al FA, sí. La izquierda quiere cambiar de raíz al Uruguay y para eso tiene que estar dispuesta a cambiarse a sí misma todo lo que sea necesario. Pero nadie ha otorgado, que nosotros sepamos, patente exclusiva de renovación y mucho menos le ha puesto a la misma nombre propio.

Lo renovador, lo transformador, lo que cambia y cambiándose cambia al país es el FA, todo el FA y no una parte.

Por eso desde estas páginas apoyaremos entusiastamente la candidatura de Juan Castillo, porque pensamos honestamente que es la mejor opción, pero jamás lo haremos atacando a Rubio, Agazzi o Xavier. Debatiremos sí, pero recorreremos con ellos el país para consolidar a la izquierda y enfrentar a la derecha.

Por eso, con fuerza renovada y sin guardar nada, para una gran votación del FA el 27 de mayo. Hacia eso todas nuestras energías.

Todos por una gran votación del FA

Editorial El Popular N°176 - 30/3/2012

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