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Editorial EL POPULAR n° 183

Faltan dos días para las elecciones internas del Frente Amplio. Está en sus últimos momentos una corta pero intensa campaña electoral.

El Popular 183 Uruguay
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El domingo los frenteamplistas elegiremos todo el sistema de dirección por voto secreto y con adhesión simultánea. Será una jornada de movilización frenteamplista, de participación, de fortalecimiento de la fuerza política y de aporte a la democracia uruguaya.

La elección, el FA y los dos proyectos de país.

Como señalamos en el editorial anterior, no es indiferente, si se logra una votación y una gran participación o no. Y no lo es, en primer lugar, porque el domingo también es un momento de la batalla entre los dos proyectos de país: el de la izquierda y el de la derecha.

Lo decimos nuevamente, y con énfasis, porque en estos días han circulado algunas lecturas equivocadas de lo que sostuvimos en el
editorial anterior.

Dijimos y decimos que el domingo es una instancia política clave y que se da en el marco del enfrentamiento de dos proyectos de país: el de la izquierda, enmarcado en la acción de los gobiernos nacionales y departamentales, la acción del FA, del movimiento popular, en particular de los trabajadores organizados y de todo el bloque social de los cambios; y el de la derecha, política, empresarial y mediática.

Sostuvimos y sostenemos esto, porque creemos que el papel del Frente Amplio es clave en esa disputa de dos proyectos de país y que salga fortalecido o no de las elecciones del domingo es absolutamente relevante.

Dijimos que la derecha lanzó una ofensiva política e ideológica por imponer su agenda y dijimos también, que hay que dar el debate y confrontar con ella.

Algunos compañeros, entre ellos Esteban Valenti, nos respondieron indicando que decíamos que el enfrentamiento entre los dos proyectos de país estaba dentro de la izquierda, que hablábamos de dos izquierdas. Agradecemos el interés y nos parece muy interesante el debate, lo seguiremos dando, incluso sobre la afirmación de que manoseamos a Gramsci y no lo entendemos. Solo esta última afirmación da para mucho.

Pero con respeto decimos: no entendieron nada.

Las incomprensiones generadas con el editorial anterior se dan porque hay quienes se centran en el debate interno, hacia la interna del Frente Amplio, nosotros no rehuimos la polémica ideológica ni la discusión pero no olvidamos nunca que la disputa central es con la derecha.

Escribimos un editorial completo contra la derecha, contra sus propuestas, contra su ofensiva ideológica defendiendo el Frente Amplio y su importancia, convocando a votar el domingo y nos señalan que nos concentramos en el debate interno y en la disputa de poder en la izquierda.

La unidad se construye en el debate político e ideológico, es cierto, jamás lo rehuimos, hemos sido acusados de poner palos en la rueda por darlo, pero el debate debe darse sobre lo que dijimos y no sobre lo que algunos entienden que dijimos.

Por lo tanto, encantados de debatir, las páginas de EL POPULAR están abiertas, ideología, Gramsci, la unidad, la educación, la salud, la distribución de la riqueza, el papel de los trabajadores, la renovación de la izquierda, hegemonía, izquierda, derecha, todo. Bienvenida sea la discusión. Pero sin hacernos decir lo que no dijimos ni pensamos.

Fortalecer el FA.

Una gran votación del Frente Amplio fortalece toda la perspectiva del cambio en el Uruguay: el gobierno nacional, los gobiernos departamentales, y también, porque no se agota en ellos, al movimiento popular, a los sectores sociales que necesitan y buscan que continúe el proceso de transformaciones.

Sea cual sea el resultado de las elecciones del domingo el Frente Amplio comenzará una nueva etapa. Es claro que los problemas del Frente Amplio no se resuelven el domingo 27 de mayo. La falta de protagonismo político, la separación de su dirección y de sus debates del movimiento popular y de la gente en general, la merma en la capacidad de convocatoria, la falta de iniciativa para confrontar políticamente con la derecha, el resecamiento de la discusión. Todo eso no se resuelve por arte de magia el domingo pero se puede y se debe iniciar un camino, en unidad, que comience a superar estos problemas.

A diferencia de otros compañeros, saludamos el tono unitario de la campaña, la actitud de los cuatro candidatos a la presidencia de Frente Amplio de no caer en la trampa de los medios para enfrentarlos y priorizar el mensaje común, el respeto y la construcción colectiva.

Al comenzar la campaña dijimos que desde estas páginas no iba a surgir un solo ataque a ningún candidato frenteamplista. Hemos sido consecuentes con lo que dijimos. A algunos analistas y actores políticos, incluso de la izquierda, esto les parece aburrido o que expresa carencia de ideas. No estamos de acuerdo, en la campaña se han expresado ideas, pero se han expresado con fraternidad, sin levantar el tono, con respeto. Cada candidato ha hecho sus énfasis en el discurso, en las propuestas y hasta en la modalidad de la campaña.

La campaña de Juan Castillo.

Desde estas páginas hemos apoyado todas las actividades comunes, hoy sacamos el plan circuital al servicio de la militancia frenteamplista, como un aporte más. Eso, que es de principios para nosotros, no nos impidió expresar claramente nuestro respaldo a Juan Castillo.

Creemos que más allá del resultado, y queremos que Juan sea presidente, su campaña ha sido un aporte al Frente Amplio y a la votación del domingo.

Las más de 100 asambleas de obreros y trabajadores constituyen una iniciativa distinta, diferente al resto de las campañas, no mejor, pero si diferente. Es una apuesta central a recuperar el vínculo político entre el Frente Amplio y uno de los sectores centrales de su base social y del bloque alternativo de los cambios. Es un camino para lograr que los trabajadores hagan suya su herramienta política: el Frente Amplio.

También fue un aporte la reivindicación de que la acción transformadora no se agota en la gestión de gobierno, aunque esta es muy importante; la disputa con la derecha por la hegemonía en la sociedad se da en todos los ámbitos y exige militancia y lucha, debate y movilización.

Se puede y se debe promover todas las formas de participación, de debate y de militancia, todas, todo lo que promueva circulación de ideas, permita el nucleamiento de la gente y la acción colectiva. Pero lo que no se puede es no asumir, y hacerlo cabalmente, que más allá de las formas, la batalla por disputarle la hegemonía a la derecha necesita de militancia, necesita acción colectiva y necesita lucha.

Esta campaña electoral sirvió también para mostrar el grado de aislamiento que existe entre los distintos ámbitos donde los frenteamplistas actúan, la falta de vasos comunicantes, la falta de espacios comunes donde se haga una síntesis política. Eso debe ser el Frente Amplio, la fuerza que sintetice y potencie, la acción transformadora de los frenteamplistas en toda la sociedad. Hay miles de frenteamplistas haciendo cosas pero no las hacen en el Frente Amplio, eso debe cambiar.

Para todo eso, creemos sinceramente, la campaña de Juan fue un aporte y lo seguirá siendo en el futuro. El espacio generado en su respaldo con la lista 1001, con todos sus integrantes, el PCU, el FIDEL, Cristianos para los Cambios, el Partido de la Seguridad Social, el Espacio Democrático, los independientes; la Lista 800, que entre otros integran el Movimiento Canario y Baluarte Progresista, la lista 3040 de Izquierda Abierta y que ahora tiene a los Blancos Progresistas, los compañeros que vinieron del Partido Nacional y que cuando se fue el senador Saravia, se quedaron en el FA, y muchísimos compañeros y compañeras como Eduardo Platero, Lilián Abracinskas, Jorge Mazzarovich, Jorge Notaro, Edgardo Oyenart, Washington Beltrán, Ruben Yañez, Hugo Villar, Alberto Grille, por nombrar solo algunos y algunas. Más cientos de compañeras y compañeros, muy valiosos, que estaban sin conexión alguna con la fuerza política, más, por supuesto, miles de compañeras y compañeros, también muy valiosos, que sostienen la vida del Frente Amplio.

No es poca cosa nuclear y convocar eso, ni promover esas ideas.

El 28 de mayo.

Puntualizado esto, queremos ser extremadamente claros ya que después parece que no nos entienden. Desde estas páginas estamos comprometidos con el Frente Amplio, somos genéticamente frenteamplistas, valoramos su historia, su presente y queremos un gran futuro.

Reiteramos que no es indiferente y no da lo mismo que voten pocos o que voten muchos frenteamplistas. Tampoco da lo mismo quién sea electo presidente o la conformación del Plenario Nacional. Hay opciones, hay concepciones diferentes y nosotros tenemos la nuestra y se expresa en la candidatura de Juan Castillo.

Pero cualquiera sea la votación y cualquiera sea el resultado, el 28 de mayo nos encontrará en primera fila militando por fortalecer el Frente Amplio y por apoyar a la dirección que resulte electa.

No compartimos los dichos de algunos compañeros que ya empiezan a hablar de legitimidades y no legitimidades. Sin saber el resultado decimos que el domingo todos y todas tenemos la oportunidad de decidir, quienes resulten electos y conformen las direcciones del Frente Amplio tendrán todo nuestro respaldo y apoyo, sin reservas y sin condiciones.

No hay lugar para las medias tintas. La disputa con la derecha no permite pausas. No queremos marcha atrás, queremos más cambios. Para eso es decisiva una gran elección el domingo, sí, pero más decisivo es aún, el compromiso para militar desde el lunes para fortalecer al Frente Amplio. Este editorial es para eso, para reafirmar ese compromiso.

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