El Popular 219
El próximo martes 16 de abril se concretará la primera convocatoria para la denominada Concertación Nacional para el Desarrollo Productivo. De esta manera se lleva a la práctica una iniciativa anunciada el año pasado por el PIT-CNT y que ha sido definida por la central obrera como “estratégica”.

De qué hablamos

La iniciativa fue lanzada públicamente el año pasado en el marco del documento “Para retomar la ofensiva” resuelto por el PIT-CNT en setiembre y que fuera publicado íntegramente por EL POPULAR (Nº 201).

Allí se definía a la Concertación Nacional por el Desarrollo Productivo y Social como una “forma de
ensanchar la base social y política para la aplicación del programa de la clase obrera y el pueblo, ubicada en el plano de la extrema amplitud, con todos los actores económicos, productivos, sociales y políticos interesados objetivamente en un programa de transformaciones profundas en la estructura de la sociedad uruguaya, el asunto central es la generación de las condiciones de fortalecer el bloque social y político de los cambios”.

Nada que ocultar, ningún misterio. El movimiento sindical le plantea a la sociedad, y a las organizaciones que representan a sus diversas clases y capas, debatir y acordar un conjunto de propuestas y medidas para impulsar en conjunto. Lo hace pensando en una doble dimensión: estratégica y táctica.

En el sentido estratégico tiene que ver con fortalecer y ampliar el bloque político y social de los cambios. El entramado social que garantice la continuidad y la profundización del proceso de cambios en marcha en el Uruguay. Y el valor estratégico se expresa también en un doble sentido: en primer lugar, porque son los trabajadores organizados quiénes promueven este diálogo y se colocan una vez más como un actor central de la realidad nacional y un interlocutor para toda la sociedad; en segundo lugar, porque permite incorporar a la discusión y elaboración programática a sectores sociales que objetivamente, por sus necesidades y por su papel en la producción, tienen puntos de coincidencias con los trabajadores, pero son necesarias iniciativas, ideas y trabajo para incorporarlos.

En el sentido táctico porque permite al movimiento sindical generar espacios de diálogo y de encuentro, aparecer y estar rodeado y no aislado en momentos en que se avecinan importantes luchas reivindicativas y también de carácter programático concreto, como los Consejos de Salarios y la Rendición de Cuentas.

En un sentido más general y que abarca y entrelaza a las dos dimensiones anteriormente citadas porque se inscribe dentro de la necesidad de recuperar y mantener la ofensiva política e ideológica. El bloque de poder, la derecha política, social y mediática, desató nuevamente su ofensiva, expresión de ella fueron las dos resoluciones de la Suprema Corte de Justicia declarando inconstitucionales el Impuesto a la Concentración de los Inmuebles Rurales y dos artículos de la Ley que establecía la imprescriptibilidad de los delitos de lesa humanidad. También las permanentes interpelaciones, los cuestionamientos sistemáticos a todas las acciones de la Intendencia de Montevideo, el reclamo de políticas de ajuste y de contención de los salarios, el ataque permanente a la educación pública y a las empresas del Estado.

La respuesta del campo popular ha sido dispar, pero ha existido en todos los terrenos. Esta convocatoria a la Concertación para el Desarrollo Productivo y Social es la iniciativa más abarcadora y por lo tanto de mayor proyección política en ese sentido.

Propuestas

Una iniciativa de estas características no puede comenzar con una agenda cerrada o con temas impuestos. En su pluralidad y apertura está su gran potencial. Por lo tanto el PIT-CNT convoca y escucha, pero también propone. Porque otro elemento que nadie puede ocultar es que el PIT-CNT tiene propuestas.

Están las 40 propuestas programáticas del XI Congreso del PIT-CNT, pero más acá en el tiempo, en el documento “Para retomar la Ofensiva” se destacaban algunas que tienen absoluta vigencia, en el punto 17 se enumeraban algunas: “A) Instalación de la comisión prevista en las normas presupuestales, para el estudio de la viabilidad de un Frigorífico Nacional que garantice el abasto nacional y la industrialización de ciclo completo; B) Implementación de un sistema de compras públicas concebido para generar trabajo de calidad y si es necesario en aras de una red de proveedores nacionales, para conformar nuevas unidades productivas que satisfagan en condiciones adecuadas de precio, calidad y plazo de entrega dicha demanda; C) Desarrollo del Polo de la Industria Naval y la creación de Industrias Navales del Estado; D) Promoción del establecimiento de una Banca de Desarrollo; E) Generalización de los Consejos Productivos Sectoriales”.

En el punto 18 se agregaban más, enmarcadas en “el plano de la expansión de los derechos de nuestra gente”: “la necesidad de dotar de nuevos bríos al proceso de cambios inaugurado con el Sistema Nacional Integrado de Salud, y la defensa de la Educación Pública. Mejorar la distribución de la riqueza a través de una política salarial que concentre la recuperación en los salarios inferiores a 14.000 pesos y que atienda a la elevación del salario mínimo nacional a 10.000 pesos a partir del 1º de enero. La conquista del derecho a la desafiliación de las Afap´s de todos aquellos trabajadores que se sientan perjudicados por las mismas y que son sometidos a «un descuento forzoso» así como la necesidad del inicio de un diálogo social serio, que permita la mejora de los derechos de seguridad social de nuestro pueblo (siempre sobre la base del cumplimiento de los acuerdos alcanzados) junto con el diseño participativo de una reforma estructural del sistema con los valores solidarios y ajenos al lucro, que están en la visión de nuestra clase. La implementación masiva del Plan Quinquenal de Vivienda y en particular nuestro Programa de Vivienda Sindical que debe comenzar a implementarse desde ahora. Del mismo modo medidas que favorezcan a los pequeños y medianos productores agropecuarios, que eleven la calidad y equidad del sistema tributario y medidas que impacten en el desarrollo de la inversión y el empleo son fundamentales”.

Por supuesto que no se convoca esta instancia con la idea de llevar de las narices a todo el resto de los sectores e imponerles un programa. Los acuerdos serán de carácter puntual, en algunos casos, y más generales en otros. Abarcarán todos estos temas o una parte de ellos y se incorporarán otros. De eso se trata, no hay fantasmas, ni cangrejos debajo de la piedra.

Pasado, presente y futuro

Esta convocatoria tiene antecedentes históricos de gran significación. En esa tradición se inscriben el Congreso del Pueblo, en la década del 60 del siglo pasado; la Concertación Nacional Programática, de finales de la dictadura, espacio de enorme amplitud, social y política, cuyas conclusiones fueron olvidadas por la derecha en el gobierno y siguen olvidadas; las movilizaciones conjuntas con la Federación Rural y otros sectores de la producción afectados por el neoliberalismo; la Concertación para el Crecimiento, de la cual se cumplen 11 años para enfrentar el abismo del 2002; el II Congreso del Pueblo.

Con diferentes niveles de amplitud y también de profundidad, todas estas iniciativas fueron expresión del papel central de los trabajadores y su central única en la vida del país. Esta iniciativa es muestra de la fortaleza y de la madurez del movimiento sindical. Solo un movimiento sindical unido, fuerte, organizado y movilizado es capaz de estas iniciativas, entre otras cosas porque por eso es reconocido como un interlocutor de primer nivel en el Uruguay.

Marcelo Abdala, coordinador del PIT-CNT explicaba que esta iniciativa se inscribe en la necesidad de continuar el proceso de cambios en nuestro país y de abrir “una nueva fase de transformaciones. Esta nueva fase, desde nuestro punto de vista, tiene que plantearse concientemente transformar la matriz productiva en un sentido de trabajo de calidad, industrialización, valor agregado y conocimiento incorporados a los procesos de producción; acelerar la ampliación de los derechos de la gente y profundizar la democracia”.

Esta iniciativa es simultánea en el tiempo con la elaboración por parte del Frente Amplio del programa de gobierno para un tercer período. Son dos procesos que no se excluyen y que, muy por el contrario, deberían conectarse y alimentarse mutuamente.

Cuando de discutir la situación del país y mucho más su rumbo futuro se trata solamente la izquierda y el movimiento sindical promueven el debate abierto y elaboran propuestas concretas. La derecha solo propone volver al pasado, ni una sola idea. Conviene apuntarlo y señalarlo.

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